La casa real de Dinamarca puede rastrear sus orígenes hasta hace más de 1.000 años: de hecho, hasta Gorm el Viejo, que vivió en el siglo IX. Pero en la extensa línea real, solo hubo una reina reinante, Margarita II, y solo uno de los 40 reyes que la precedieron abdicó al trono.

Se trata de Erik III, conocido como “Lam” (cordero) aparentemente por su mansedumbre y piedad en una época histórica por lo demás muy violenta. Su madre era la princesa Ragnhild, hija del rey Erik I, y su padre el noble danés Hakon Sunnivasson, bisnieto del rey Magnus el Bueno de Noruega y Dinamarca. 

Quién fue Erik III Lamb, el único rey danés que abdicó al trono, hace 878 años

Erik era, además, sobrino del rey Erik II Emune, por el que luchó en la Batalla de Fotevik, en 1134, y a quien sucedió en el trono cuando aquel fue asesinado en 1137 porque era el hombre de mayor edad en la familia.

Durante su breve reinado, tuvo que luchar contra el príncipe Oluf, el único de los hijos de Harald Kesja, a quien Erik II había intentado matar, y que intentó apoderarse del trono.

Seis años después de ser coronado, Erik III se casó con Lutgarda de Salzwedel, hija de Rodolfo I, margrave de Nordmark. Nunca tuvieron hijos y tras enviudar, Ludgarda se casó con Hermann II de Winzenburg.

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En 1146, en rey Erik III abdicó por razones desconocidas, aunque se sospecha que padecía una enfermedad que finalmente lo llevaría a la muerte. Fue el único monarca danés en la historia en hacerlo hasta la reina Margarita II en 2024. 

Tras dejar el trono, Erik III ingresó en la Abadía de San Canuto, donde murió el 27 de agosto de 1146 y fue enterrado en el claustro.

Algunos nobles de Dinamarca eligieron a Svend III como sucesor, mientras que otros señalaron a Knud V Magnussen y Valdemar el Grande, que reinaron paralelamente durante 11 años mientras desataban una nueva y sangrienta batalla por el poder.