Quién es la princesa Alejandra, la “heroína no reconocida” de la familia real británica


Popular en los 60, es poco conocida por las nuevas generaciones, pero inmensamente valorada por su prima, la reina Isabel II.

Quién es la princesa Alejandra, la “heroína no reconocida” de la familia real británica

Popular en los 60, es poco conocida por las nuevas generaciones, pero inmensamente valorada por su prima, la reina Isabel II.

La princesa Alejandra es uno de los personajes menos conocidos de la familia real británica, pero hace medio siglo era una de las royals más famosas del mundo. Su boda de 1963 con el empresario Sir Angus Ogilvy, de orígenes nobles, fue transmitida por televisión a aproximadamente 200 millones de personas en todo el mundo, cuando la joven princesa era reconocida por su belleza y su elegancia. Prima hermana de la reina Isabel II y dama de honor en su boda con el duque de Edimburgo en 1947, la princesa es también una de las mejores amigas de la monarca y reconocida por su dedicada labor como representante de su majestad y de muchas organizaciones de beneficencia. Alguna vez apodada la «heroína no reconocida» de la familia Windsor, Alejandra ha llevado a cabo miles de actividades oficiales a lo largo de los años.

Ahora con 83 años, se rumoreaba que se estaba preparando para renunciar a la vida pública el año pasado, para dar paso a la generación más joven, rumores rechazados por la casa real. Con menos miembros de la realeza de primera línea disponibles, después de que los Sussex se autoexiliaran a Los Ángeles y el príncipe Andrés tuviera que dar un paso al costado por el escándalo de Jeffrey Epstein, no es de extrañar que la princesa Alejandra volviera a ocupar un sitio especial en la casa real durante la pandemia del coronavirus. Esta semana apareció junto al príncipe Carlos, los duques de Cambridge y la princesa Ana, entre otros, en una videoconferencia realizada por la familia real en homenaje a las enfermeras de todo el mundo en el Día Internacional de la Enfermera.

Actualmente, Alejandra ocupa el puesto 53 en la línea de sucesión al trono británico, pero cuando nació la princesa Alexandra Helen Elizabeth Olga Christabel de Kent en 1936, era la sexta. Fue bautizada con el nombre de su bisabuela, la reina Alejandra, una gran belleza danesa que se ganó el corazón de los ingleses. Su padre, el duque de Kent, era uno de los hermanos menores de Jorge VI, quien había muerto once meses antes; Su madre, la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, era una gran figura glamorosa, hija del príncipe Nicolás de Grecia y la gran duquesa Elena Vladimirovna de Rusia, nieta del emperador Alejandro II de Rusia. El nacimiento de Alejandra, en la Navidad de 1936, pasó casi desapercibido porque la monarquía aún no se recuperaba de la tormenta causada, dos semanas antes, por la abdicación de Eduardo VIII, tío de Alejandra.

«Si eres un observador real parado en la calle, no hay nadie a quien te gustaría ver más que ella», dice Hugo Vickers, biógrafo de la Reina Madre y la Duquesa de Windsor. “Ella es una especie de tesoro nacional. Es el artículo genuino, es la más real de todos: es la hija de un príncipe británico y una princesa con sangre real griega y rusa”. Alejandra y sus hermanos, Eduardo (duque de Kent) y el príncipe Miguel de Kent, cobraron protagonismo cuando eran apenas unos niños en 1942, cuando su padre, piloto de la Real Fuerza Aérea, murió en un accidente de aviación en Escocia, a los 39 años. “Fueron muy bien criados por su madre viuda”, dice Vickers. “La princesa Marina era muy conocida. Fue tan trágico para ella convertirse en una viuda tan joven, con solo 35 años, era realmente encantadora. Tenía solo 61 años cuando murió [de un tumor cerebral]. Hubo mucha pena entre el público en general”.

Desde finales de la década de 1950 en adelante, la princesa Alejandra fue un integrante muy activo de la Casa de Windsor, que realizaba alrededor de 120 compromisos al año; aunque ahora sus compromisos públicos son más esporádicos a causa de su edad, la princesa sigue siendo mecenas o presidenta de más de 100 organizaciones. Siendo joven, realizó misiones diplomáticas clave, como a Japón en 1961: fue precursora en la restauración de las relaciones diplomáticas con el país después de la guerra, lo que llevó a la visita de estado del emperador Hirohito en 1971 y la de Isabel II a Japón en 1975. “Ella nunca ha hecho nada más que deberes reales toda su vida: no había tantos miembros de la familia real cuando comenzó a trabajar”, dice Vickers.

Cuando la princesa se casó con Angus Ogilvy, hijo del conde de Airlie, en 1963, fue la gran noticia del año. Se casaron en la Abadía de Westminster, con una procesión de carruajes de cristal por las calles de Londres, un lujoso baile en el Castillo de Windsor la noche anterior y una recepción en el Palacio de St. James después de la ceremonia para los numerosos invitados internacionales, todos ellos emparentados con Alejandra y su madre. Entre ellos se encontraban la reina viuda Victoria Eugenia de España y su nieto, el joven y soltero príncipe Juan Carlos de Borbón, y la princesa Sofía de Grecia, que acompañó a su hermano Constantino, último rey de Grecia.

De personalidad tímida, Alejandra heredó el encanto de su madre, pero también la dignidad real que caracterizó a su abuela, la reina María. Estas cualidades son valoradas por la reina Isabel II, quien le otorgó la Orden de la Jarretera en 2003 en agradecimiento por su compromiso con la monarquía, y le organizó una gran fiesta en el Palacio de Buckingham en 2016, cuando cumplió 80 años. Robin Baird-Smith, director editorial de Bloomsbury Continuum, conoció a la princesa recientemente cuando publicó un libro de su nuera, Julia Ogilvy: “Me la presentaron y la encontré encantadora, ingeniosa y aguda. En una conversación, ella es encantadora y atenta. De hecho, esta no fue la primera vez que la conocí. Cuando tenía ocho años, la princesa Alejandra y la princesa Margarita asistieron a un espectáculo de vestimenta de Norman Hartnell en Hopetoun House, a las afueras de Edimburgo. Mi deber, en una falda escocesa, era entregarle a la princesa Alejandra un ramo de flores. Cuando subí al escenario, Margarita pensó que eran para ella y las tomó”.

El esposo de Alejandra murió en 2004. El hijo mayor de la princesa Alexandra, James Ogilvy, ahora diseñador de paisajismo, nació en 1964 y asistió a la escuela de preparación de Heatherdown junto a su primo, el príncipe Eduardo, nacido el mismo año. La única hija mujer de Alejandra, Marina Mowatt, es ahijada del príncipe Carlos y era un habitual en la prensa en los años noventa: «Si ella no hubiera existido, los tabloides la habrían inventado», señaló el historiador, Sir David Cannadine, recordando que la joven causó una gran sorpresa cuando quedó embarazada de su novio, el fotógrafo Paul Mowatt, en 1989. Se casaron en 1990, la novia vestía de terciopelo negro, después del nacimiento del bebé, aunque la unión terminó en divorcio después de la llegada de Christian, tres años después.

Artículo publicado el 17 de mayo de 2020 y actualizado el 28 de septiembre de 2020.

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